Norah Borges

Con esta muestra de trabajos de Norah Borges, las vanguardias de principios de los años ’20 llegan al Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén.

Son las obras de una de las artistas plásticas más singulares y sensibles de nuestro país, precursora incuestionable, la cual creciera, tanto personal como profesionalmente, casi al mismo tiempo que su hermano Jorge Luis lo hacía en el campo de las letras.

Norah Borges forma parte de una época irrepetible de nuestro país. Un instante único del tiempo en el que dan a luz muchos de los más grandes apellidos del arte nacional, y en la cual se pone en marcha la maquinaria que movería, a lo largo del siglo XX, los hilos de la cultura argentina.

Pettoruti, Berni o Xul Solar, son algunos de los personajes que, junto a esta mujer, delinearon nuestra identidad por aquellos años.

Norah es testigo privilegiada y a la vez protagonista indiscutida de esa maravillosa época de alumbramientos, génesis, y formación de escuelas en todas las artes.

Sus obras tienen la rara potestad de transitar ambos mundos: el de la plástica y el de la literatura. Una fusión cuyo origen puede explicarse en la estrecha relación mantenida por ambos hermanos, criados en Suiza en tiempos en que el mundo se desangraba por los horrores de la I Guerra Mundial y fortalecida a lo largo de su vida.

Sus dibujos jerarquizaron portadas de revistas literarias antológicas, completaron poemas de las mejores firmas de nuestras letras, ilustraron inefables palabras de escritores fundamentales de la Argentina.

Una deliciosa ingenuidad emana de esos dibujos, detrás de los cuales se levanta una sólida estructura de pensamiento nacida del Ultraísmo, la filosofía que Norah y Jorge Luis incorporaron a sus vidas, durante su experiencia europea.

“Una voluntad caudalosa que rebasa todo límite escolástico, una orientación hacia continuas y reiteradas evoluciones, un propósito de perenne juventud…”, tal y como lo definía Rafael Cansinos-Asséns, para quien el Ultraísmo entrañaba “el compromiso de ir avanzando con el tiempo”.

Y eso fue lo que Norah, como su querido hermano “Georgie”, hicieron con sus respectivas disciplinas. Artes que, lejos de anquilosarse en el pasado, abren siempre ventanas al futuro, como toda vanguardia que se precie de tal.

Oscar Smoljan – Director MNBA Neuquén