El Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén se honra en recibir esta muestra del gran plástico Juan Carlos Liberti, exponente del surrealismo argentino y artista de pincel clásico y fino dibujo.
Esta muestra nos ofrece un recorrido por aquellos temas que han estado en el imaginario creado por Liberti prácticamente desde que se iniciara –en las postrimerías de los años sesenta y luego de que Emilio Pettorutti lo instara a cumplir su destino- sin otros maestros más que su propio talento y su férrea autodisciplina.
Una pintura, la suya, plasmada meticulosamente a base de ese trabajo y de ese conocimiento que provienen del puro autodidacta, de ese recatado maestro interior que dicta las reglas y el camino a seguir, y que se revela en espléndidas creaciones en las cuales lo onírico y fantasmal de la propia subjetividad se transforman en una obra rica y sugerente a la vez que inquietante y sobrecogedora.
Liberti proviene de esa generación de grandes pintores que, en nuestro país, adhirieron en los años 30 a los postulados estéticos y filosóficos del surrealismo, corriente que, a lo largo del siglo XX, contó entre los suyos a artistas como Antonio Berni, Roberto Aizemberg, Juan Battle Planas, Raquel Forner, Guillermo Roux, Antonio Seguí, Juan del Prete y Aída Carballo.
En esa su búsqueda de la interioridad como paisaje y modelo, Liberti no elude el mundo del tango y de su iconografía poderosa y visceral. Como pocos, nos introduce en ese ensueño melancólico y marginal de la música orillera que, al decir de Jorge Luis Borges, “crea un turbio pasado irreal que de algún modo es cierto, un recuerdo imposible de haber muerto peleando en una esquina del suburbio”.
Instrumentos musicales y piernas de los bailarines se entrelazan en una maraña endiablada que nos rememora los giros y piruetas de la milonga bailada en las orillas y a la luz de un farol mortecino. Los bandoneones parecen estar fagocitando a las bailarinas en una bacanal que desborda de estética y erotismo, un déjà vu de aquellas visiones alucinadas de Dalí o de Magritte, plasmadas entre la vigilia y el sueño, entre la realidad y la metarrealidad.
Ese viaje al inconsciente individual y colectivo, propio del surrealismo, constituye la materia prima de la obra de Liberti, obra que también aborda el mundo de Shakespeare y sus personajes, en particular de Hamlet y su locura, y sobre el cual realizó una serie de ilustraciones a partir de escenas para él capitales.
El drama y el tango, los sueños y los mensajes inconscientes, el más allá de esta ficción que llamamos realidad, los mundos que conducen a otros mundos, todo ello está en sus cuadros e ilustraciones, y todo ello configura el manifiesto del alma de uno de los grandes artistas de nuestro tiempo.
Artista, Liberti, que también nos ha dejado una muestra de su enorme generosidad al haber donado a nuestro museo una obra suya, obra que se suma a las de otros grandes que han contribuido al patrimonio artístico de nuestra Ciudad de Neuquén.
El MNBA Neuquén da así la bienvenida a Juan Carlos Liberti y a su espléndida obra, en este viaje por sus sueños y paisajes que a partir de ahora, compartiéndolos, nos pertenecen.
Oscar Smoljan – Director MNBA Neuquén
