Grupo Escombros

Desde tiempos inmemoriales, el hombre viene construyendo arte con la materia de la que está hecho el mundo.

Transformando todo lo que la Tierra le provee y lo que ya ha pasado por sus manos, corporiza sus pensamientos más atrevidos y profundos, representa en formas extrañas y sublimes sus temores recónditos, su idea de la vida, de lo finito y lo infinito como la gran contradicción que motoriza la existencia.

Pero también, en su obra, el artista cuestiona su tiempo. El orden establecido que lo limita, la mediocridad que todo lo ahoga, la corrupción que desguasa las sociedades y, por sobre todo, la ignorancia, que hunde al hombre en el pantano de la derrota.

Y en esa lucha contra todo lo instituido, muchas veces hipoteca su seguridad, sus afectos, su misma vida.

Sublevado por la injusticia que se ensaña sobre la gente, el artista opera como un despertador de conciencias. La lámpara milagrosa que el pueblo usa para encontrar la belleza en el camino, como decía Yupanqui. El faro que nos señala el rumbo seguro en medio de la negra tempestad.

Del mismo modo que no se puede concebir la vida sin arte, tampoco habría arte sin vida.

Con sus miserias y desgracias, con sus maravillas y fenómenos, este mundo sigue siendo el gran inspirador de obras que funcionan como impiadosos espejos donde podemos mirarnos sin hipocresías.

Estas creaciones del grupo Escombros, que el Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén se honra en presentar por primera vez en nuestra ciudad, son la más clara muestra de esta condición del artista.

Una cualidad que está relacionada no sólo con el talento creativo, la disciplina y el conocimiento de sus integrantes, sino también con el compromiso con la era que les tocó vivir y, fundamentalmente y casi por antonomasia, con sus semejantes.

Son hombres y mujeres que han decidido no dejar pasar este tiempo sin alertarle a sus semejantes por dónde viene el problema, hacerles escuchar la alarma que advierte dónde estamos cayendo y cuándo fue que abandonamos el sendero que nos hizo un gran país, o un país de grandes.

Una calidad que tiene que ver con la solidaridad, el amor al prójimo y la coherencia con valores que tienen miles de años de vigencia y que han sostenido a las sociedades civilizadas a lo largo de toda la historia.

 

Oscar Smoljan – Director MNBA Neuquén