Congreso de Tucumán – 200 años de arte Argentino

Congreso de Tucumán -200 Años de arte Argentino

Esta exposición propone una serie de itinerarios visuales que recorren dos siglos de arte argentino por medio de un conjunto de piezas pertenecientes a la colección del Museo Nacional de Bellas Artes y una selección de obras de artistas contemporáneos.
Pensada como un homenaje a la Independencia argentina, que en un largo derrotero fue buscando definir sus ejes fundamentales —soberanía política, unidad territorial, libertad ciudana y armonía social—, es a la vez una interrogación sobre el futuro de cada una de esas claves. Que, leídas con los lenguajes que la experiencia artística bicentenaria propone, anuncian derivas impensadas.
El Congreso de Tucumán de 1816 coronó el proceso abierto por la Revolución de Mayo y la Asamblea del Año xiii, no sin padecer los dramas de la guerra por la emancipación de la Corona española y las tensiones internas que aquejaban a la región; pese a lo cual formuló una idea de nación plural y soberana, que aun en sus ausencias y exclusiones (la Banda Oriental de José Gervasio Artigas, el Paraguay de José Gaspar Rodríguez de Francia, las provincias de los caudillos federales, que resistían las configuraciones estatales en ciernes) sentó las bases para que, declarando la independencia política y jurídica, se comenzara a crear una nueva nación. Aunque solo cuatro décadas más tarde se vería sancionada una Constitución, el 9 de julio de 1816 quedó inscripto como el conato libertador que dio estatuto autárquico a la Argentina en el concierto de las naciones.
Esta exposición emula el concepto esencial de un congreso, en cuanto a su heterogeneidad y pluralismo de estilos, poéticas, medios, materialidades: constituye una suma de voces, de diálogos visuales en discusión y construcción permanente, que permiten pensar e interrogar nuestra identidad como nación.
Para eso hemos seleccionado un corpus diverso de obras de artistas relevantes del arte argentino que integran el patrimonio del Museo Nacional de Bellas Artes, y lo hemos puesto en diálogo entre sí y con una selección de producciones de artistas contemporáneos.
Esta forma de organización no cronológica y que incluye, en un mismo nivel, las distintas disciplinas de las artes visuales —la pintura, la escultura, el grabado, el dibujo, la fotografía, y lenguajes más recientes como las instalaciones, los objetos y el videoarte— intenta capturar el rastro que la historia ofrece para constituir su sentido. Hay, así, temporalidades cruzadas, vínculos inéditos entre registros heterogéneos y géneros que, colocados en un mismo espacio, alumbran en su diferencia ciertas dimensiones imperceptibles del acontecer histórico.
Una disposición heterodoxa, que aparenta un anacronismo deliberado, permite inscribir
las obras de los artistas contemporáneos de las diferentes provincias argentinas en algunas de las más importantes tradiciones plásticas de nuestro país y compartir preocupaciones con los grandes maestros, cuyo legado constituye acaso un antecedente, una inspiración o bien una plataforma de desarrollo e investigación.
Hemos elegido un artista por provincia para reforzar la amplitud de estéticas convocadas, aun teniendo conciencia del ocasional nomadismo, del dinamismo y la fluidez propiciados por la globalización, que mixtura vidas y miradas, descalabrando toda clasificación. Surge así la idea de que, al mismo tiempo que habitamos los lugares, los acogemos en nuestro cuerpo, en nuestra dimensión espiritual privada, y los cargamos para siempre como una impronta personal. En ese sentido, hemos incluido también a un artista de Bolivia, remedando el espíritu sanmartiniano y el sueño bolivariano que animaron el Congreso de 1816, dado que las provincias de Mizque, Chichas y Charcas (hoy pertenecientes a Bolivia) enviaron representantes. Reforzando el espíritu plural de la exposición, hemos convocado a especialistas y referentes de las artes visuales de diferentes ciudades argentinas para que aporten sus visiones y reflexiones acerca del Bicentenario a propósito de los núcleos de la exposición.
Por último, queremos remarcar el carácter federal de la iniciativa, no solo por el origen de las obras que la integran, sino también por el hecho de que, luego de exhibirse en el Museo Provincial de Bellas Artes “Timoteo Navarro” de Tucumán, itinerará durante dos años por otras seis provincias: así, se presentará en el Museo Municipal de Bellas Artes “Juan B. Castagnino” de Rosario, el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires-MAR de Mar del Plata, el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, el Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio Caraffa” de Córdoba, el Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson” de San Juan y el Museo de Bellas Artes de Salta.
Con esta exposición itinerante se activa también una de las acciones fundamentales del Museo Nacional de Bellas Artes, que es poner en circulación parte de su valioso acervo, para otorgarle mayor visibilidad, ampliar su público y descentralizar las políticas públicas en el campo de las artes visuales.

ANDRÉS DUPRAT y JORGE GUTIÉRREZ
CURADORES DE LA EXPOSICIÓN