Alejandro Kuropatwa – Juan Doffo

El Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén se enorgullece en presentar esta muestra de fotografías de Alejandro Kuropatwa y Juan Doffo, como parte del Festival de la Luz, evento que tiene como una de sus sedes a nuestra ciudad.

Hablar de estos artistas es referirse a dos exponentes destacados de las artes visuales argentinas, creadores singulares de obras que han marcado, cada uno en su respectivo campo, la cultura del país en las últimas décadas.

Cada uno modeló su vida y su trabajo de acuerdo a su propia visión y a sus experiencias vividas. El primero, mirando a través de su cámara escenarios aparentemente tan lejanos pero a la vez tan cercanos, como la Nueva York de los años 80 o el Buenos Aires de la transición democrática. El otro, construyendo su personal y más íntima cosmogonía estética desde la profunda quietud de su llanura pampeana.

Ambos supieron agitar sabiamente las aguas del arte de su tiempo y abrieron caminos a quienes les seguían.

Los fotógrafos son pintores en tiempo real. Artistas de reflejos veloces y vista atenta a cada movimiento, estos escultores de la luz logran aprehender en vuelo el movimiento de una escena que, tan sólo segundos después, es historia.

La fotografía es arte en cuanto representa una estética del mundo plasmada en la base concreta del papel impreso o la intangible imagen en un monitor. Pero también es una imprescindible herramienta de nuestra vida en sociedad cuando interviene en otros ámbitos que los meramente artísticos, como el periodismo, donde su producto final, muchas veces, llega a constituir un hecho artístico.

De las muchas disciplinas que conforman las artes visuales, la fotografía es quizás la que más rápidamente se adapta a la cambiante y vertiginosa realidad. Interactúa con ella a través de la visión del fotógrafo, actor principal de ese drama, y opera, en muchos de los casos, como testimonio insobornable del presente.

Porque en esa fracción de tiempo en que la foto cae apresada por la mirada de quien oprime el disparador en el instante preciso e irrepetible, en ese espacio infinito que se esconde en el transcurrir de dos segundos, todo lo que es, ocurre o vive sobre la Tierra queda impreso para siempre en una imagen que luego sostendrá a la historia.

Que la foto que la historia toma a cada segundo retrate esta muestra que nos visita de manera certera, como una imagen de verdadero federalismo cultural y legado de quienes nos seguirán en esta ruta.

Oscar Smoljan – Director MNBA Neuquén